Un hombre de principios

En el mundo editorial -y en el mundo en general- no siempre las expectativas personales se hacen realidad. Por otro lado, en ocasiones, se deja pasar la oportunidad de dedicarse a aquello para lo que verdaderamente uno estaba preparado. Así, hay traductores que podrían haber sido magníficos panaderos y hay editores que podrían haber hecho una fortuna dedicándose al cultivo de hortalizas; también hay jardineros que son magníficos narradores y servidores públicos que acaban siendo perfectos cuentistas.

Un servidor ha encontrado su destino literario hace tiempo y, aunque con frecuencia dedico lo mejor de mis fuerzas intelectuales a la traducción y la edición, sin duda me he convertido en un hombre de principios. Es decir, que me he especializado en redactar principios de cuentos, novelas, ensayos, etcétera. No voy a ser tan presuntuoso como para catalogarme como un hombre de buenos principios, pero al menos espero que mis principios no sean tan malos como para que me acarreen una desgracia.

En esta sección ofrezco a los amables visitantes una selección de mis mejores principios. La mayoría de ellos no se han publicado (no quiero culpar a los editores por ello, ya que tampoco se los he ofrecido), otros no se han concluido y otros necesitarían un adecentamiento general.

Espero que disfruten y se entretengan unos minutos con estos principios. Y si no les gustan, tengan paciencia: ¡por algo se empieza!


Narcisos en Hyde Park
Narcisos en Hyde Park

Four Thousand Holes

Four Thousand Holes es el título de una novela de intriga en cuya génesis reside, seguramente, buena parte de su interés. A principios de 2011, Sonia Antón y Jordi Corominas, editores y pilares de una de las revistas culturales más interesantes de la red, Calidoscopio, decidieron convocar el Primer Concurso de Sinopsis. Se trataba de redactar la sinopsis de una novela que, obviamente, no existiera. Es evidente que, siendo un servidor especialista en principios, el concurso estaba hecho a mi medida. Sonia Antón y Jordi Corominas tuvieron la amabilidad y la generosidad de concederme el premio por este relato:

 

Four Thousand Holes,

novela original en inglés de Eliot H. Musgrave

 

"I read the news today, oh boy:

Four thousand holes in Blackburn, Lancashire,

And though the holes were rather small,

They had to count them all,

Now they know how many holes it takes to fill the Albert Hall".

A DAY IN THE LIFE

 

Londres, 1967.

La señorita Cordelia Rhuddlanapgwynedd, una galesa cárnica, grave, severa, implacable en su indumentaria gris y de costumbres nocturnas que no vienen al caso, no tiene amigos. No es extraño, dado que es Sp. Ag. del MI6. Aún está celebrando con Lucy la resolución del radiactivo caso Yarulenko cuando recibe un aviso urgente. Debe investigar un extraño suceso acaecido en Blackburn, Lancashire. La historia da varios giros bruscos en este punto, porque la señorita Cordelia Rhudd-etc. se dirige a Blackburn en su Austin del 59 y no es muy diestra en el arte de conducir. De la mano de la cariñosa policía Sarah, la señorita Rhudd-etc. conocerá todos los detalles del caso: han aparecido cuatro mil agujeros en los alrededores de la ciudad. Son bastante pequeños, pero los han contado y han llegado a la conclusión de que se podría llenar el Albert Hall con ellos. Cordelia inicia una investigación a fondo y descarta replantaciones, topos y excavaciones arqueológicas. En las dificultades, Claire, la camarera del B&B local, se convierte en su confidente. Aunque llega a sospechar de la excesiva amabilidad de Henrietta (la historiadora), al final será la espiritista y médium Lucinda Gibbs quien le enseñe el camino correcto para resolver el oscuro y profundo asunto de los cuatro mil agujeros de Blackburn, Lancashire.

 

Se celebró una agradabilísima fiesta en Madrid con motivo del concurso y allí surgió la posibilidad de que la sinopsis del libro imaginado se convirtiera en el fundamento de una verdadera novela. Así fue como adquirió forma definitiva Four Thousand Holes, una novela original en inglés de Eliot H. Musgrave.

La novela comienza con una introducción sobre la vida de Musgrave, sus intereses literarios y los pequeños contratiempos que sufrió su obra. Puede leerse en la citada revista Calidoscopio nº 46, junio 2011. Así mismo me permito recordar que los derechos de publicación pertenecen en exclusiva a www.calidoscopio.net.


Sticky Toffee Pudding

Sticky Toffee Pudding es la historia de la joven viuda Aileen Keir. Su marido, perteneciente a la RAF, murió en los combates que tuvieron lugar en el continente tras el desembarco de Normandía. Abandonada a su suerte en Aberdeen, Aileen acude a la oficina de empleo del implacable señor Drummond, quien -más por lástima que por obligación- le ofrece un puesto de trabajo en una gélida ciudad del norte. Allí, entre personajes y enredos pintorescos, se desarrolla esta divertida historia que tiene como protagonista, precisamente, al famosísimo pastel escocés llamado Sticky Toffee Pudding.

A continuación se transcribe parte del segundo capítulo de la novela. Aileen Keir se dirige en tren a la ciudad del norte en la que empezará a trabajar al cabo de pocos días...

2

 

El elixir de la alegría

 

Si quiere que le diga la verdad, yo soy poco de quedarme en un mismo lugar durante más de una semana. Por eso no me he casado, naturalmente. Y, sin querer parecer vanidoso, no es que me hayan faltado ocasiones. Pero no quiero hablar de mí mismo, así que lo resumiré todo en la famosa frase del poeta: soy un espíritu libre. Lo mío son los caminos, las posadas, los trayectos. Hombre de trayectos, eso es lo que soy. Los trenes: me encantan. Puedo asegurarle, señora, que algunos de mis mejores amigos los he hecho en los trenes. Esta misma línea, la de Peterhead, la habré hecho yo quince o veinte veces. Ah, antes la LNER trataba mejor a sus clientes, pero la guerra también ha estropeado estos apacibles periplos ferroviarios. Dicen que el año que viene se va a retirar la LNER y que se hará cargo de esta línea la SRofBR. Ojalá sea para bien. Estas líneas ferroviarias de largas distancias son beneficiosísimas para el comercio. Yo salí de Londres hace exactamente... un mes y tres días. Naturalmente me he detenido en Northampton, Nottingham, Manchester, Leads, Lewcastle, Edimburgo, Glasgow, Dundee y Aberdeen. ¿Viene usted de Aberdeen? Es buena ciudad, aunque tiene muchos universitarios, para mi gusto. En fin, gracias al tren puedo recorrer el país tan cómodamente como cualquiera pudiera imaginar, sin los inconvenientes y los gastos de un vehículo privado. Aunque, ya le digo, la LNER antes trataba un poco mejor a sus clientes: recuerdo que antaño pasaba una señorita ofreciendo pastelillos de carne con queso, y salchichas, y galletas, y té. Ahora ya no.

Aún faltarán dos horas para llegar a Peterhead. ¿Conoce usted Peterhead? Es un pueblo pequeño, pero tiene buen puerto. Port Henry. Mucho bacalao: si va buscando usted bacalao, en Peterhead tendrá usted todo el bacalao ue quiera. También sopla un viento del norte que te congela los lagrimales... Va a tener que comprarse usted un abrigo... más abrigado, y guantes. Y un sombrero de lana. Puedo asegurarle que el viento del norte que sopla en ese lugar puede helarle los huesos a los pescadores de bacalao más veteranos. Precisamente, lo que vendo yo mucho en Peterhead es el Reconstituyente Mulligan. El Reconstituyente Mulligan se aplica en forma de cataplasma epidérmica: se empapa una gasa limpia con el Reconstituyente Mulligan y se dan friegas en los brazos, o en las piernas, o en la cara, o donde se precise. Tiene propiedades caloríferas, y reanima las partes heladas o que parece que no entran en calor. También tiene otras virtudes: revitaliza la piel, estimula los nervios, tonifica los músculos, mitiga la artritis, y luego etcétera. Reconstituyente Mulligan.

Mulligan soy yo. Edmund Mulligan, para servirla, señora.

Encantado, señora Keir.